Sistemas de alerta rápida para la sequía
En general, los países están poco preparados para hacer frente a la sequía de manera eficaz. Los responsables de las políticas locales y nacionales, suelen reaccionar ante una sequía con medidas de “gestión de crisis” en vez de formular y aplicar medidas de previsión, a menudo denominadas “gestión de riesgo”. Una razón que suelen aducir los responsables de tomar las decisiones ante la falta de dichas políticas de gestión, es la falta de medios para predecir las condiciones climáticas con suficiente experiencia y tiempo de ejecución.
En los últimos años, se han hecho avances importantes en el conocimiento del clima mediterráneo. Los científicos especialistas en la atmósfera ahora son capaces de predecir algunas de las características de nuestro clima a medio plazo (para una o dos estaciones) de manera bastante acertada. Esto propicia la integración de los pronósticos en las estrategias de gestión del agua, sobre todo en relación con el regadío. Los estudios regionales se centran en la optimización de los sistemas tradicionales de producción, ya que, actualmente constituyen la base para la producción agraria en el Mediterráneo, pero la investigación también tiene beneficios para los sistemas comerciales de gran envergadura.
La adopción de los mecanismos apropiados de comunicación de la información sobre el clima y el riesgo por sectores, debe permitir a los planificadores reducir los efectos devastadores de la sequía y los efectos de la incertidumbre del clima y del tiempo en las estaciones más favorables. El seguimiento integrado del clima (incorporando la información sobre el clima, el suelo, el abastecimiento de agua, y los rendimientos potenciales) es un elemento importante en las estrategias de adaptación. La información debería ser de dominio público, ser suficiente para estimar el nivel de riesgo y para tomar decisiones bien fundamentadas sobre el futuro.
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