La atmósfera urbana contiene gran cantidad de contaminación consistente en partículas sólidas. Junto con la altmente modificada y artificial superficie urbana, cambian significativamente el balance de radiación en una ciudad, en comparación con áreas no urbanas. El balance de la radiación y el balance de calor están estrechamente relacionados entre sí. El balance de calor en una zona urbana es más complejo debido al volumen de los edificios. Así, el balance de calor en una zona urbana debe incluir el intercambio de calor por la conducción del suelo, calles, fachadas de los edificios así como el calor antropogénico liberado a la atmósfera principalmente durante la quema de combustibles fósiles. En una ciudad, el balance del agua, está formado por los mismos elementos, pero las proporciones son significativamente distintas. En las zonas urbanas, el total de las precipitaciones es mayor que en una zona no urbana. El clima de las ciudades puede producir efectos negativos sobre la gente, en primer lugar, por la influencia de la contaminación atmosférica y el ruido. En concreto, la contaminación atmosférica urbana, causada por el transporte, es el más perjudicial para el hombre. La emisión de contaminación atmosférica empeora las condiciones sanitarias de una ciudad, ya que causa lluvia ácida y disminuye la cantidad de radiación solar que llega al suelo. Para reducir el impacto negativo del clima urbano sobre la gente, debe aumentar el porcentaje de parques y zonas verdes. |