La contaminación atmosférica en áreas urbanas es muy importante para la salud humana. La producción de energía, la industria y el transporte emiten distintos tipos de contaminación atmosférica. Por ejemplo, la lluvia ácida, causada por el azufre y los óxidos de nitrógeno liberados a la atmósfera, no sólo provocan la degradación del suelo y la acidificación de los lagos, sino que también crean pérdidas económicas debidas a la rápida corrosión de los metales y materiales usados para el exterior. Los edificios también se ven afectados, especialmente aquéllos que están construidos con caliza, mármol, etc. Se han llevado a cabo varios intentos para reducir la contaminación atmosférica. Se han instalado sistemas de control de contaminación atmosféria en las zonas más amenazadas. La cooperación internacional llevó a una serie de acuerdos y tratados que ayudan a mejorar la calidad del aire a gran escala.
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